Mientras te acercas con sigilo,
a los pies de mi cama...
Cubriéndote con mis mantas...
Por si llego a sentir;
Calor fugaz que a veces...
Se vuelve insoportable.
Tus manos...
Por fin rosan mis labios.
Oh tortura sutil;
que de tu amor al llanto,
me pueda convertir.